Por medio de la elaboración de este trabajo pretendemos llegar a conocer un poco más acerca de las características con relación al área de desarrollo cognitivo que presentan los niños en edad de 4 años
Las características que se pretenden mostrar en este trabajo investigativo son las más destacadas en los niños, analizando cada una de ellas para llegar a comprender las diversas actividades y proyectos que nosotros como psicopedagogos llegamos a realizar, dependiendo de las edades de nuestros pacientes.
Esperamos llegar a comprender a profundidad cada una de las características de los niños y el avance que presentan los mismos a medida que van creciendo y desarrollándose en todos los sentidos, para conseguir de esta manera un mejor entendimiento del mundo infantil, y ser capaces de guiar a los niños hacia un crecimiento sano y adecuado.
Aunque cada niño crece a un ritmo diferente, a continuación se indica el promedio para los niños y las niñas de 4 años de edad:
-Peso: aumentan un promedio de 4,4 a 6,5 libras (entre 1,9 y 2,9 kilogramos) al año aproximadamente.
-Estatura: crecimiento promedio de 3 pulgadas (76,2 milímetros) por año aproximadamente.
-Tamaño de la cabeza: crecimiento promedio de 1 pulgada (25,4 milímetros) por año aproximadamente.
A medida que el niño sigue creciendo, desarrolla nuevas y emocionantes habilidades. Aunque los niños pueden progresar a ritmos diferentes, los siguientes son algunos de los logros comunes que pueden alcanzar en este grupo de edad:
-Canta una canción.
-Brinca y salta sobre un pie.
-Agarra y tira una pelota a lo alto.
-Baja las escaleras solo.
-Dibuja a una persona con tres partes del cuerpo diferentes.
-El dibujo típico del hombre lo representa con una cabeza con dos apéndices como piernas, ojos, nariz y boca, observándose una mejor estructuración en la representación de la figura humana alrededor de los 5 años.
-Da nombre a lo que dibujo o construye, y la intención precede a su ejecución.
-Construye una torre de 10 bloques.
-Arma rompecabezas de 24 piezas y más.
-Entiende la diferencia entre fantasía y realidad.
-Hace diferencia entre lo real y lo imaginario.
Aunque cada niño desarrolla el habla a su propio ritmo, los siguientes son algunos de los logros comunes que pueden alcanzar en este grupo de edad:
-Puede decir aproximadamente 1.500 palabras diferentes.
-Puede juntar de cuatro a cinco palabras en una frase.
-Hace preguntas constantemente.
-Responde a la pregunta "¿por qué?" con un "porque si" o "porque no". Posteriormente, cerca de los 5 años sus explicaciones son más referidas a las características concretas de los objetos. Por ejemplo; ¿por qué son iguales?, ¿por qué los dos son rojos?
-Le gusta mucho hacer preguntas, aunque con frecuencia no le interesan las respuestas.
-Sus ¿por qué? Obedecen más a un sentido finalista que a uno causal.
-Puede conocer uno o más colores.
-Identifica y nombra colores primarios y secundarios.
-Le gusta contar historias.
-Repite poemas conocidos para él.
-Puede utilizar algunas "malas" palabras (si las ha escuchado repetidamente).
A medida que el vocabulario aumenta, también aumenta su entendimiento y conciencia del mundo que le rodea. A esta edad empieza a entender conceptos y pueden comparar ideas abstractas. Aunque los niños pueden progresar a ritmos diferentes, los siguientes son algunos de los logros comunes que puede alcanzar
-Su ubicación temporal es deficiente, aún vive más que nada en el presente. Maneja inadecuadamente los términos ayer, hoy y mañana.
-Empieza a volverse menos consciente de sí mismo y más consciente de las personas que le rodean.
-Puede obedecer las reglas de los padres, pero no distingue lo correcto de lo incorrecto.
-Comienza la noción de lo estético (expresiones de alegría o rechazo al presentarle objetos bonitos o feos).
-Su pensamiento es intuitivo, fuertemente ligado a lo que percibe directamente.
-Cree que sus propios pensamientos pueden hacer que sucedan las cosas.
-Predominio de la memoria, el pensamiento y el lenguaje en los procesos cognoscitivos y mayor desarrollo de la imaginación.
-Cuenta hasta 10 de memoria, pero su concepto numérico no va más allá de uno dos, muchos, ninguno.
Una parte muy importante del crecimiento es la capacidad de interactuar y socializar con los demás. Esto puede ser una transición frustrante para los padres ya que los niños pasan por diferentes etapas, algunas de las cuales no son siempre fáciles de manejar. Aunque cada niño es diferente y desarrollará una personalidad diferente, los siguientes son algunos comportamientos comunes que puede presentar su niño:
-Es muy independiente, quiere hacer las cosas por sí solo.
-Es egoísta, no le gusta compartir.
-Es temperamental; los cambios de humor son comunes.
-Puede ser agresivo durante los cambios de humor y volverse agresivo hacia los miembros de la familia.
-Tiene miedos.
-El radio de interacción con el mundo natural y social que le rodea se amplía al igual que sus interrelaciones.
-Participa en obras de teatro sencillas asumiendo el papel de algún personaje de la historia.
-Puede tener compañeros de juego imaginarios.
-Le gusta explorar el cuerpo y puede jugar al médico y la enfermera.
-Puede "escaparse" o amenazar con hacerlo.
-Se pelea con sus hermanos.
-Juega a menudo con otros en grupos.
-El Juego, la necesidad de familiarizarse y relacionarse con los adultos, el extender sus intereses más allá del ámbito infantil, se van concretando en el hecho de establecer juegos de roles con argumentos. Imita a los modelos de televisión y propagandas.
-Un inicio de equilibrio entre lo Afectivo – Motivacional y regulativo, de forma tal, que existe un mayor control de su actuación, aunque no sobre sus propios procesos. Esto le permite un mayor nivel de independencia en la actuación de su vida cotidiana y la posibilidad de qué y con quién hacer.
Formas de fomentar la capacidad social del preescolar:
-Elogiarlo por su buena conducta y sus logros.
-Animarlo a que le hable y sea sincero acerca de sus sentimientos.
-Leerle, cantarle canciones y hablar con él.
-Pasar tiempo de calidad y mostrarle nuevas experiencias.
-Animarlo a hacer preguntas y explorar.
-Fomentar la actividad física con supervisión.
-Programar tiempo para que conviva con otros niños.
-Darle la oportunidad de tomar decisiones, cuando sea apropiado.
-Darle un tiempo de descanso para la conducta que no sea aceptable.
-Animarlo a expresar su ira de una manera apropiada.
-Limitar el tiempo que ve la televisión a una hora al día. Usar el tiempo libre para otras actividades más productivas.
-Después de los 4 años es importante que el niño se independice, por lo que bañarse, vestirse, comer y dormir debe hacerlo solo, ello con el fin de fomentarle conductas de independencia y confianza en sí mismo.
La sexualidad
Suele pensarse que la vida sexual del ser humano se inicia en el momento en que se producen los cambios de la pubertad, considerando así que la sexualidad está únicamente relacionada con la capacidad de reproducción. Sin embargo, desde una perspectiva más amplia, que circunscribe la sexualidad a la búsqueda de placer, debe considerarse que la vida sexual del ser humano comienza el día de su nacimiento. En el niño, el impulso sexual se manifiesta a través de la insistente búsqueda de satisfacción de sus necesidades biológicas comer, dormir, evacuar..., porque estas actividades, además, le producen placer. El niño aprende, de este modo, a reconocer lo que le causa placer y lo que le disgusta, de manera que intenta volver a sentirlo de todas las formas posibles: chupándose el dedo, tocándose o reclamando las atenciones de sus padres.
A partir de los 4 años, hay que explicarles los fenómenos de la reproducción con sinceridad, sabiendo que, lo que ahora no comprendan, lo volverán a preguntar más adelante. Si los padres enseñan a sus hijos la sexualidad con naturalidad y espontaneidad, brindan información y dan ejemplo de una relación de pareja basada en el amor, el respeto y la comprensión, sus hijos verán la sexualidad como algo normal, natural y positivo durante todo su desarrollo. La sexualidad debe verse y explicarse como lo que es: algo muy natural.
A los niños de 4 años, deben nombrárseles los órganos del cuerpo con sus nombres de verdad, utilizar las palabras reales y no sobrenombres como “pajarito”, etc. a fin de evitar confusiones posteriores. Aunque ocasionalmente pueden utilizarse motes o sobrenombres, éstos no deben reemplazar habitualmente a los verdaderos. Proporcionar la información correcta, de manera paulatina y desde el principio, es más armonioso y natural, tanto para los padres como para los hijos y no acarrea conflictos de ninguna especie.
El niño tiene todo el derecho a preguntar sobre lo que ignora o no entiende. Si uno se escandaliza de sus preguntas, él puede creer que está haciendo algo que no corresponde a su edad, y que los niños no deben intentar indagar sobre este tema. En realidad, el susto que demuestran los padres aterroriza especialmente al hijo. Dejar a un niño en ridículo delante de una visita, o reírse de sus observaciones o comentarios sobre el sexo, ocasiona en la autoestima del niño una humillante herida, que puede tener efectos perniciosos. Más adelante no se atreverá a actuar con naturalidad, a ser él mismo, por temor a decepcionarle o a causar la risa de quien lo escucha. Su sano e inteligente deseo de saber puede verse irremediablemente mutilado, y esto puede afectar otras áreas de su aprendizaje. Si el niño no se siente respetado, si intuye que nadie le hace caso y que sus padres, maestros, terapeutas, etc. prefieren ignorar sus preguntas, se creerá menospreciado y tenderá a rehuir la comunicación con los adultos. Probablemente en la siguiente ocasión preferirá no preguntarle. Para hablar con un niño de temas relacionados con la sexualidad, es mejor hacerlo a solas, sin otros hermanos, familiares, amiguitos, etc. que puedan coartar su naturalidad, en un clima de intimidad, pero no de secreto. A sus preguntas e inquietudes no se debe contestar con prisas o en situaciones en las que se dispone de poco tiempo. A veces, antes de responder a sus dudas, se le puede preguntar qué piensa él de eso o cómo lo ve. De este modo, se puede tener una idea aproximada del grado de conocimiento que tiene el niño sobre la materia. El niño se siente más cómodo preguntando si encuentra en padres y educadores una actitud abierta y franca. Sólo así se atreverá a plantear sus dudas. Estas conversaciones no hay que forzarlas Los niños preguntan cuando sienten la necesidad de hacerlo, no porque los adultos se lo impongan.
miércoles, 1 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)